mayo 7, 2024

Otra vez Los Beatles

Pasar de una época a otra es como cruzar un puente entre países sin señales ni avisos ni advertencias. El rock pop ha sido un acompañante en el camino de varias generaciones; y a pesar de todos los ruidos y distracciones (de todas las infidelidades entre géneros, ritmos y cambios de vida) siempre ha estado allí, señalando un camino.

Contra toda máquina innecesaria, el instrumento musical va de la mano de la ejecución humana; siempre condenada ante el posible error (y en especial por la variación emocional en cada toque) por eso, habla con nuestras inseguridades y tentaciones, moldeándolas. En tiempos tóxicos, sin gente convencida de querer buscar, sino esperar a que algo los encuentre…sin la fuerza de las disqueras…cuando el negocio migra a la cantidad de reproducciones…cuando lo más básico compite con lo más elaborado… cuando el aburrimiento ha chocado con los otros nombres que recibe el trafico y la atención… aparece un nuevo viejo tema:

Y todo se centra en el amor

En la separación y en el encuentro

En alguien que extraña y ama un poco más, justo cuando aparece la distancia

Interpretado por 4 músicos principales, una orquesta, un arreglista y al menos tres productores, llega a nuestros oídos Now and Then

Now and Then es un tema que da en el pecho con una melodía de sobrevivientes, para sobrevivientes. Aparece en un mundo ajeno al suyo, uno repleto de personas que no pueden dedicarle el tiempo a escuchar una canción (porque los distraen los tonos del teléfono, los mensajes de Whatsapp o las 10 mil recreos digitales) Now and Then (en menos de 4 minutos) nos recuerda que podemos hacer de todo y en especial, prestarle la atención a una historia anclada en un instante. Ya sea porque somos padres de nuestros hijos o responsables de unos abuelos (que ya dejaron de ser consejo y se volvieron niños)… o habitantes solitarios de una cama matrimonial…esos 4 minutos nos sacan del mundo para darnos una visión de ojos abiertos.

Si bien Now and Then tiene todos los elementos de The Beatles también tiene relámpagos de Pretty Woman de Roy Orbinson, tiene ecos de psicodelia Gospel, es Oh Boy de Sonny Winston sin serlo; se encuadra en coros católicos y temas paganos… es vino nuevo en odres viejos (o vino viejo en odres nuevos) es whisky añejado en barriles de amontillado… es cerveza hecha mar de noticias, cuando simplemente pudo haber sido pan… y ya.

Es difícil saber qué hacen estos The Beatles: ¿un cover de una canción de John, que luego ensayarían y al aprenderla quedaría como un lado b de la memoria ? ¿Salvar un tema como quien revive un sopa vieja con el fondo intacto, poniéndole más agua y sal? ¿Es una sesión de espiritismo con tecnología de punta? ¿Es una producción dirigida por el ADN musical de los Martin, pasada de George a Giles? ¿Cuánto hay de Jeff Lyne y Jerome Leroy y los músicos tras las cuerdas, que hacen que esa casa logre ser totalmente habitable?

¿Es simplemente una canción para el final del día, para el fin de nuestros días o para dejar de hacernos la pregunta por ese final de los días?

Now And Then es un track limpio, tal vez demasiado limpio, y porque en las imperfecciones está lo sucedáneo del amor humano, sentimos que nos hace falta el ruido; de alguna manera ver esos espacios donde no está ni la música ni el amor ni esa poesía que duele por directa, por adolescente (escrita por un hombre en sus cuarentas) y tan ilusionada a pesar de ser ya una larga relación.

Now And Then tendrá éxito inmediato no por la fama acumulada de sus intérpretes. Sabes que va a lograrlo porque ya te imaginas a cualquier amateur aprendiendo a tocarla. Y sabes que un profesional hará su versión sin nunca sentirse del todo a gusto, pero nunca tan incómodo como para dejar de ofrecer la versión más sobria que pueda hacer.

Se regresa a los álbumes de The Beatles como quien vuelve a una receta familiar: ligera y sustanciosa, como quien entra a una sala grande y funcional: sin demasiadas piezas, pero con todo lo necesario y en su lugar.

Regálate 4 minutos y sé oyente activo de algo más que un tema

Escuchar en silencio es aplaudir a los muertos, cantar en voz alta es nuestro pago por estar vivos.

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Joaquín Ortega

Joaquín Ortega es el Editor en Jefe de Hilos de América.

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