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Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, irá a una segunda vuelta presidencial en Argentina contra el representante de la Libertad Avanza, Javier Milei.
El pasado 17 de septiembre, después de una entrevista que el periodista norteamericano Tucker Carlson le realizó a Milei, Hilos de América publicó la opinión de diversos expertos sobre Milei en su sección MESA DE EXPERTOS.
Una de las preguntas que se realizó fue: ¿Cuáles son los lados flacos de su candidatura? A continuación, todas las respuestas.
David Petit, politólogo: “Creo que proponer más reformas un cambio estructural y de infraestructura política que no cuenta con el apoyo de los liderazgos regionales y legislativos en este momento. De ganar, es posible que se demoren más de lo que muchos piensan y esto generará frustración, cansancio y decepción en el apoyo ciudadano”.
Víctor Maldonado, politólogo: “Su principal fragilidad es la conjura del statu quo contra todo lo que él significa, y la fragilidad de una maquinaria política propia que es muy incipiente, pero que compensa con mucho respaldo ciudadano, sobre todo de los jóvenes. También entre los liberales argentinos hay ciertas fracturas entre los que lo apoyan y los que lo critican con mucha fuerza. Y los que no toleran su estilo. En este último aspecto la izquierda globalista se escandaliza por sus maneras a la vez que no reacciona frente al saqueo y las violaciones que en los países regidos por ellos está ocurriendo, incluida Argentina, que en manos del peronismo ha sido saqueada, expoliada y arruinada”.
Nehomar Hernández, analista político: “El lado flaco de la candidatura de Milei es que Argentina es Argentina y, como te decía antes, por más que sea se trata de un Estado larvado en torno a clientelismo político de larga data, mafias sindicales, partidos corruptos, una noción de la economía que es tradicionalmente estatista e interventora. ¿Esa gente va a permitir así como así que llegue alguien a desplazarlos de buenas a primeras? Yo creo que esto es lo que ha hecho que el Macrismo haya reculado en su momento y haya terminado asimilándose al sistema, por ejemplo.
Pero en el caso de Milei al menos creo que hay que aplaudir que el tipo se ha puesto al frente llueva, truene o relampaguee y defiende lo suyo como si fuese un catecismo. Veremos su margen de maniobra cuando llegue al Gobierno”.
Heysel Rodríguez, politóloga: “Lo radical, la vehemencia, la pasión, no son necesariamente emociones negativas, sin embargo, son de cuidado porque generalmente comprometen la palabra. Javier Milei se exalta, se exaspera, habla… y esa emocionalidad que arrasa, también obnubila.
Por ejemplo, la sensibilidad que se teje en torno a la religión, complica cualquier opinión que se emita. Las expresiones sobre un líder de culto o fe, generan una intensa emocionalidad, allí está en la entrevista, lo dicho sobre el Papa Francisco, suena contundente, expone una supuesta cercanía del jerarca católico a lo que Milei llama “dictaduras asesinas”, al socialismo. Milei fustiga duramente a un “compatriota”, a un argentino con un pasado en las páginas de historia de ese país, que hoy ocupa un lugar privilegiado entre los líderes mundiales y que, si, ha sido cuestionado en algunas ocasiones por no promover mayor sanción moral sobre episodios críticos de la región, no obstante, no deja de sonar desagradable e irrespetuoso.
Minutos siguientes le dice a China, a Rusia, a Cuba e incluso a Brasil, que son zurdos, que no hay cabida para negocios con ellos… y pareciera olvidarse que en política internacional y negocios no hay amigos ni enemigos, sino intereses y como estamos en un mundo cambiante, no son definitivos…”.
Javier Prats Kudary, profesor de literatura antigua: “Su candidatura tiene pegada un sector del electorado argentino que está saturado del modelo de gestión tradicional y ve en este personaje vengador y pseudo mesiánico una posibilidad de ruptura con la corrupción del estamento político y del consecuente envilecimiento en la calidad de vida de las mayorías. Pero esa visceralidad redentora y la sustitución del paradigma discursivo de la lucha de clases socialista por el revanchismo incendiario contra el estamento político y todo el aparato burocrático estadal, genera malestar en buena parte del electorado argentino”.
