Para nadie es un secreto que la democracia (entendida como mecanismo de cambio y redistribución competitiva del poder) se ha convertido en objeto de críticas y reacomodos. Muchos la consideran fragmentaria, otros inacabada; otros tantos, creen que fracasó. Ya sea que se viva en países más inclinados hacia el totalitarismo (o por el contrario giren más cerca de las libertades individuales) los peligros y contradicciones que alberga en su propio seno la convierten en un objetivo y medio de quienes desean el poder político.
Cruzando el contenido desde fuentes académicas y periodísticas, y bajo la modalidad que hemos llamado “nube de datos argumentales” hemos resumido en veinte renglones los retos más inmediatos de ésta forma de gobierno en tiempo presente:
- Polarización política y división ciudadana: producida especialmente por la separación y auto guetificación de los ciudadanos dentro de los países por temas ideológicos, étnico- raciales, fronterizos, de fuentes de ingreso o clase y en especial por la crisis post pandemia: vacunados versus no vacunados
- Erosión de la confianza en las instituciones y los líderes democráticos: si no se dan soluciones desde los centros de poder, menos se le puede creer a las voces y rostros visibles del poder político libremente elegidos.
- Aumento del populismo y el autoritarismo: la demagogia como discurso y la retórica y exceso de la mano dura van de la mano, aunque parezca que ser permisivos genera caos, por el contrario trae olas de represión difusa, pero real.
- Amenazas a la libertad de expresión y de prensa: la hegemonía comunicacional o la autocensura de periodistas y medios son la primera baja que permite el clima del miedo a opinar entre los ciudadanos. El buen estado de la Polis se mide por la cantidad de discusión pública alrededor de los temas del buen o mal vivir.
- Eliminación de votantes y privación del derecho al voto: no solo matando a la persona se acaba con el sufragio, el sistema electoral puede alterarse alterando los registros de votantes con no nacionales cedulados, personas a quienes se les niega el derecho al sufragio (cambio de lugar electoral, errores de forma y saboteo sistemático a su identidad)
- Corrupción y falta de transparencia: en todos los niveles el abuso de poder y los procedimientos oscuros o movidos por dinero tienden a ser el único método de lograr los objetivos burocráticos naturalmente alcanzables.
- Desigualdad económica e injusticia social: mientras se generen diferencias ante la ley el dinero tenderá a ser el mecanismo de lubricación de diligencias. Acentuar privilegios en el ámbito público no es consecuencia directa de la acumulación desmedida de riqueza, pero sí colabora con un clima de desconfianza ciudadana, en especial si las instituciones no cumplen normas y no actúan con equidad frente a todos.
- Influencia del dinero en la política: comprar votos y candidatos no es novedoso. Debe existir trazabilidad y conocer las fuentes primigenias de apoyo a candidatos, partidos y lobbies.
- Amenazas a la ciberseguridad y campañas de desinformación: las Fake News y la propaganda unidas al quiebre de la privacidad digital y en redes hacen que la desconfianza ante las denuncias y el miedo a los chantajes se disparen exponencialmente.
- Falta de compromiso cívico y baja participación electoral: frente al agotamiento de las consignas, de la estructura de movilización de los partidos y la impotencia ciudadana frente a los abusos del poder y las promesas políticas rotas, ir a votar pierde significación y sentido.
- Gerrymandering y manipulación de los sistemas electorales: siendo más personas y sacar menos votos es desgastante. Si no se explican los modelos electorales el ciudadano promedio se desanima. Si a eso le agregamos un sistema fraudulento manual o electrónico, todo termina yéndose por la borda del descreimiento.
- Debilidad del Estado de derecho y de la independencia judicial: poder político, dinero, narcotráfico y relaciones familiares se superponen al imperio de la ley. Sin equilibrio de poderes y con el nepotismo cruzando los distintos poderes públicos ser creíble es lo de menos.
- Discriminación y marginación de grupos minoritarios: el uso discrecional de grupos raciales u originarios para construir momentos electorales o para generar simple polarización política hacen que se cree un ruido y un malestar que se vuelve pasto para violencia política, irredentismo o ilegalismos con dobles agendas.
- Retos para garantizar la igualdad de género y la representación de las mujeres: las conquistas ciudadanas y los resultados de inclusión de voces comienzan por la visibilidad y se mantienen por los logros. Todo partido político de múltiples ejes humanos debe darle salida y presencia a estos temas, cuidando de que no sean secuestrados por agendas políticas superiores de interés sesgado, divisionista o simplemente electoralista.
- Cambio climático y degradación del medio ambiente: como agenda internacional y realidad vinculada a la contaminación el cambio climático y el medio ambiente pueden ir en concurrencia sin convertirse en programas anti democráticos y de control biosocial.
- La globalización y su impacto en la soberanía nacional: en tiempos de fronteras cada vez más porosas en términos económicos, se abren oportunidades para el redescubrimiento de valores, tradiciones y distinciones culturales de fuerza nacional.
- Gestionar la diversidad y el multiculturalismo: todo ciudadano tiene el derecho a desarrollar su propio proyecto de vida en equilibrio con democrático sin confundir tolerancia e integración con militancia y adoctrinamiento.
- Equilibrar la seguridad nacional y las libertades civiles: el orden interno no implica minar la autonomía de pensamiento, la movilidad, el derecho a la reunión (y al disenso) y la inviolabilidad del hogar de cada habitante del país.
- Afrontar la brecha digital y garantizar los derechos digitales: crear cada vez más integrados digitales. Aprovechar a los nativos digitales como multiplicadores de una democracia cada vez más horizontal y transparente.
- Construir y mantener instituciones y prácticas democráticas sólidas: es un reto que no solo pasa por la retórica sino por la conformación de ciudadanos ilustrados que sean cada vez menos manipulables y entiendan de agendas políticas, intereses, actores y sistemas de peso y contra peso en repúblicas y alcance jurídico (responsabilidades y obligaciones) dentro de un estado de derecho
- Neo comunismos y neo fascismos: cada vez más hermanados en prácticas y distracciones, el totalitarismo tecnológico parece ser la mezcla de lo peor de las tiranías de izquierda y derecha, ahora apoyados en la innovación para el espionaje y la conversión de personas en meros nodos de información.
Un comentario en «Peligros y contradicciones de la democracia en el siglo XXI»
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