El 2021 fue duro y extraño: la pandemia sigue y las redes de poder son cada vez más complejas. Desde Hilos de América narramos, en temas específicos, lo que fue ocurriendo con el pasar de los meses. O al menos lo intentamos. A continuación, el repaso de algunos trabajos:
- La xenofobia en la política es un arma poderosa porque se nutre del miedo y desdibuja las potencialidades del extranjero: Natasha Blasco escribió sobre el doloroso éxodo de más de 5 millones de venezolanos y sus consecuencias.
- ¿Las redes sociales tienen una afectación directa en la democracia y una necesidad de límite ante el poder que representan? Rossiangelica Gajardo habló sobre las redes sociales a propósito de la censura de Donald Trump en Twitter.
- Entrevistamos a Hugo Pérez Hernáiz sobre las teorías de conspiración, su alcance y su utilización por parte de líderes populistas. Según él, el problema con los teóricos de la conspiración es la inconstancia en la duda, no la duda en sí.
- Es una verdad incómoda, pero Elthon Rivera habló de ella: nacer en países pobres representa deficiencias en la calidad de vida, en la calidad educativa y en el acceso a la educación. Nacer y ser centroamericano es todo un reto de supervivencia.
- Fue un año de Juegos Olímpicos y las dictaduras se aprovecharon del evento para hacer propaganda. El profesor Joaquín Ortega habló sobre ello: «La emocionalidad que nos une como nación, es utilizada como separador de personas y posturas políticas«.
- Las universidades también estuvieron en el ojo del huracán; incluso la CIDH publicó los Principios Interamericanos sobre libertad académica. Para Salvador Herencia-Carrasco, los regímenes totalitarios de América Latina ven a las universidades como amenaza.