LeBron encendió la llama.
La superestrella de la NBA fue uno de los primeros en pronunciarse con indignación por la terrible muerte de George Floyd en manos de la policía de Minneapolis. «¿Lo entiendes ahora? ¿O todavía te queda borroso?», escribió en su Instagram junto a un collage compuesto por la imagen de Floyd sometido por oficiales y otra de Colin Kaepernick, un exjugador de la NFL que se arrodilló mientras sonaba el himno nacional en un partido para protestar por la violencia racial, lo cual le costó que su contrato fuera rescindido.
Después de él, cientos de artistas y miles de ciudadanos en todo el mundo empezaron a rechazar el asesinato de Floyd. La noticia acaparó las principales portadas de periódicos de todo el mundo. Pero lo que empezó con publicaciones de solidaridad y protestas pacíficas, se convirtió en manifestaciones violentas en algunos estados: imágenes de destrucción de tiendas, saqueos, ataques contra medios de comunicación o destrozos a vehículos de la policía inundaron Internet.
Si al 2020 le faltaba algo para ser más insólito y dramático, las manifestaciones violentas que suelen verse con frecuencia en América Latina y el resto del mundo, llegaron a los Estados Unidos.
Sin embargo, algunos consideran que las protestas no han sido del todo espontáneas y que la intensificación de ellas forma parte de un plan de desestabilización de diversos grupos –entre ellos, algunos vinculados a la izquierda internacional–, que tiene como objetivo final que el presidente Donald Trump no gane la relección en noviembre.
Artistas como la cantante Taylor Swift criticaron la respuesta de Trump a las manifestaciones y afirmaron que perdería los próximos comicios. El propio LeBron está impulsando una plataforma para promover el voto negro en Estados Unidos, que cuenta con la participación de Addisu Dimissie, asesor de la campaña presidencial de Joe Biden.
Biden, quien estaría considerando elegir una vicepresidenta negra en caso de llegar a la Casa Blanca, participó en el funeral de Floyd a través de un vídeo grabado donde dijo: «Ahora es el momento para la justicia racial. Esa es la respuesta que tenemos que darles a nuestros hijos cuando nos preguntan por qué. Porque cuando haya justicia para George Floyd, realmente estaremos en camino a tener justicia racial en Estados Unidos».
Viviana Padelin, investigadora y analista político, compara la muerte de Floyd con el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en México y la muerte de Santiago Maldonado en Argentina, que perjudicaron los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Mauricio Macri, respectivamente. Según ella, la izquierda le saca provecho a este tipo de situaciones para impulsar cambios significativos.
«La izquierda utiliza la muerte de Floyd como se utilizó la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa en México, como la muerte accidental de Santiago Maldonado en Argentina: desestabilización y posterior destrucción de las fuerzas armadas y de seguridad. En el caso de Estados Unidos, también la derogación de la Segunda Enmienda», sostiene en entrevista con Hilos de América.
El Foro de Sao Paulo no es “representativo” en Estados Unidos
«El movimiento de los indignados y ocupas en Europa y Estados Unidos no debe pasarse por alto. Si bien no representan una alternativa electoral ni un frente político homogéneo, se convirtieron en un referente político de resistencia contra el neoliberalismo».
Así se podía leer en un documento base publicado por el Foro de Sao Paulo (FSP) en 2012, donde proponen fortalecer lazos con movimientos de resistencia en suelo norteamericano, como aquellos vinculados a la defensa de los migrantes.
Mientras algunos expertos coinciden en que esta organización de izquierdas, impulsada por Fidel Castro y Luiz Inácio Lula da Silva, funciona como un think tank, Padelin lleva años documentando su peligroso alcance en América y el mundo.
En un artículo que publicó en febrero de 2012 explica: «Nada más adecuado que un movimiento ‘apartidista’ y ‘espontáneo’ de gente indignada (no con el sistema capitalista; sino con la crisis económica) para que este sea apadrinado por el FSP. Una nueva fachada que otorga credibilidad a esas asambleas populares que son el factótum embrionario del FSP en cada región».
En noviembre de 2019, mientras había protestas en países como Colombia y Chile, el expresidente colombiano Álvaro Uribe afirmó: «El paro convocado para el 21 de noviembre (en Colombia) hace parte de la estrategia del Foro de Sao Paulo, que intenta desestabilizar a las democracias de América Latina».
Consultada sobre si el FSP tiene algún tipo de alcance en las protestas de Estados Unidos como sugieren algunos líderes de opinión, Padelin responde que no es “representativo” en la nación de las barras y las estrellas, aunque sostiene que «sus militantes de base hoy hacen parte de otros colectivos financiados por oenegés».
«Los activistas son en su mayoría militantes rentados en tareas de reclutamiento, ideologización y manifestaciones de calle. Si observan las primeras marchas de estos colectivos, verán que siempre sus líderes son extranjeros. Estos movimientos tienen una coordinación central, no hay ninguna espontaneidad ni en su expresión ni en sus demandas», argumenta.
6 comentarios en «Viviana Padelin: La izquierda utiliza el caso Floyd como utilizó Ayotzinapa o la muerte de Santiago Maldonado»
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