Hasta este 21 de enero iban más de 50 muertos y miles de heridos producto de las fuertes protestas en distintos puntos de Perú contra la actual presidenta, Dina Boluarte.
Las brechas sociales y la desigualdad son un punto de partida, que en su momento se llegó a creer que, con la llegada de Pedro Castillo al poder, serían resueltas. Pero esto está siendo aprovechado por actores en las sombras, que buscan impulsar una agenda violenta para lograr un proceso Constituyente.
Manifestantes y fuerzas policiales se han excedido en su accionar; producto de ello, es la lamentable cifra de muertos y los innumerables daños al bien público y privado.
Y esto no parece tener fin: no se han abierto los caminos para un diálogo y para que sean respondidas las exigencias de los protestantes.
Parte de la solución (momentánea) es que exista voluntad política para un adelanto de elecciones en el 2023, bien sea por la decisión del Congreso o por la renuncia de la presidenta Boluarte.
Esta ultima opción, abriría un conflicto mayor al tener que asumir las riendas del país el presidente del Parlamento, teniendo un rechazo de más del 80% de la población, según varias encuestas, lo que solo llevaría a la continuidad o recrudecimiento del enredo político que vive el Perú.
Un comentario en «Una Perú sin precedentes»
Los comentarios están cerrados.