Las sanciones aplicadas por los Estados Unidos a empresas y personas le causan tanto daño al régimen despótico y terrorista de Nicolás Maduro en Venezuela que no solo ha sido punto de honor para Miraflores en el «diálogo» efectuado en México, sino que motivó recientemente la carta suscrita por 25 compatriotas más o menos conocidos, principalmente economistas y empresarios. Eludir el «diálogo» es una de las más destacadas motivaciones actuales para quienes están establecidos en el poder de nuestro país sudamericano.
¿Que puede haber detrás de esa carta enviada a Joe Biden? Múltiples intereses económicos y políticos del propio régimen impostor y alentador del «Socialismo del Siglo XXI». La confrontación resulta seria y traslúcida tras la misiva. Se clarifica sin ambages todo el panorama de lo que ha venido aconteciendo en nuestro país caribeño. Y a dónde va. Tratemos de dilucidar algunos de esos aspectos.
El enfrentamiento se centra entre Nicolás Maduro y lo que representa como cabeza de playa en Latinoamérica –pensemos en sumar a Nicaragua y Cuba en este panorama– de la protección de los intereses extracontinentales que desean aquí un mejor posicionamiento: China y Rusia, fundamentalmente; contra los intereses democráticos y económicos de los norteamericanos y sus aliados en Europa, junto a Canadá. Nada menos. De allí el enorme error señalado por el congreso de los EEUU al intentar Biden un entendimiento con Caracas por el petróleo, debido a la invasión rusa a Ucrania. La acción descolocada resultó patética, tanto como el frenazo final que justificaron infantilmente en la liberación de dos ciudadanos norteamericanos ahora expresos políticos del régimen de Maduro.
La manera que tiene este último de defenderse de la presión creciente de EEUU con el diálogo en México, propiciado por Noruega, que tiene un propósito ineludible: elecciones libres y libertad para los presos políticos, es matizar su huida con la simulación de un encuentro con «representantes» de la sociedad civil, aquí mismo en Venezuela. Elusión fácilmente descifrable. Para ello han sostenido visibles reuniones con un llamado Foro Cívico. Lo que alienta la idea de un movimiento de grises políticos intermediarios. Con el objetivo también muy claro por parte de quienes usurpan el poder en la pequeña Venecia: sostenerse indefinidamente en el mandato sin sanciones. El pugilato encontrado no deja de ser interesante. Por eso advertimos la presencia de firmantes de la carta, muy poco numerosos por cierto, que son también miembros de ese Foro Cívico que se juntó en Miraflores con Nicolás Maduro y sus ministros en dos oportunidades. Una manera poco discreta de respaldar al régimen del terror. Podríamos aseverar, pues, que la carta de los 25 abajo firmantes es una de las conclusiones de los encuentros en el centro de la capital venezolana. Pero hay bastante más.
Detrás del Foro Cívico se perciben no solo los intereses económicos de los inescrupulosos empresarios venezolanos agrupados en Fedecámaras, sino también los económicos y políticos de los alentadores del «diálogo» como solución a la prolongada crisis venezolana, principalmente: Henrique Capriles, Gerardo Blyde y Stalin González. Seguramente, elucubro, por las personas que aparecen tanto en las reuniones caraqueñas como en las firmas dirigidas a Biden, como el sindicalista de Primero Justicia, Pablo Zambrano, o el (¿ex?) diputado de ese mismo partido, José Guerra. Con lo cual no representan exactamente sectores cívicos de nuestra sociedad como se quiere hacer ver desde el poder conculcado, sino los intereses económicos y políticos de ese poder y de sus pilares de sostenimiento que se hacen pasar impúdicamente por opositores.
El poder juega, así, disfrazado para tratar de engañar ingenuas almas que se han dedicado a siquitrillar a los contertulios de Miraflores, tanto como a los 25 abajo firmantes de la carta oprobiosa como si fuera algo meramente personal. Cuando se trata más bien de una manera habilidosa de disimular intenciones y propagar creencias a favor del régimen, usando figuras de alguna proyección en el país, comprándolas o condicionándolas para sus deleznables fines. Pero los disfraces resultan muy fáciles de develar. El peso de los 25 o del Foro Cívico es muy endeble en comparación con el apoyo que dentro y fuera suscita la Asamblea Nacional legítima y Juan Guaidó como presidente. Los verdaderos blancos del ataque devaluador, para que quienes han secuestrado el gobierno y el país puedan cumplir sus planes. Interesante jugada que prevalecerá este año, a menos que se produzcan acontecimientos imprevistos que tuerzan en otra ruta el accionar. Es importante seguir el monitoreo sobre estos hechos fundamentales para entender lo que se aproxima en materia político-electoral en Venezuela. Existe presión verdadera por el cambio y la resistencia a la pugna por sobrevivir. Interesante, sin duda.