enero 31, 2025

Humberto Rivas Mijares y el periodismo venezolano en la década del cincuenta

Se comenta que la historia es escrita por los vencedores y Venezuela no escapa de esa premisa, aunque muchas veces los victoriosos no sean los buenos, ya que en el campo de la historia simplemente no existen ni buenos ni malos sino victoriosos y derrotados. Ningún ganador se va a declarar como el malo, por el contrario influirá en la narración oficial de los eventos, mientras que las voces de los derrotados a menudo quedan marginadas o alteradas. La década del cincuenta quedaría plasmada en Latinoamérica como la Golden Age de las dictaduras con sus baños de sangre y grandes edificaciones, mientras que la década de los sesenta sería la era de las revoluciones y “reinvindicaciones” con sus respectivos baños de sangre. ¿Cuál es el más bueno o el menos malo? La historia actual parece darle a cada una su lugar correspondiente.

Un personaje modesto pero consecuente, dará al periodismo venezolano las bases para lo que será un respetable oficio que durante años sembró los cimientos de una democracia que con los años iría fragmentándose hasta quedar reducido a la noticia rápida que vuela con la finalidad de ser la primera voz sin importar la verificación de la fuente, solo por alcanzar el trend topping. Se trata de Humberto Rivas Mijares, periodista, escritor y diplomático. Nacido en Valencia en 1918. Desde muy temprano se destacaría cómo un escritor del costumbrismo venezolano con una mezcla del existencialismo de la década del cuarenta. Intelectual de izquierdas y de balas disparadas con un lápiz y papel. Diputado por Carabobo en 1945, fiel a los principios de cambio del presidente Isaías Medina Angarita y designado por Arturo Uslar Pietri, escritor y ministro de relaciones interiores. Este proyecto civilista y humanista quedaría truncado por un golpe de estado cívico-militar al cual el partido Acción Democrática llamará Revolución de Octubre. El Presidente y General Medina Angarita entregaría al día siguiente con la finalidad de no ver al país en un río de sangre. Los pilares de este golpe o revolución serían Rómulo Betancourt, líder de AD y el Coronel Marcos Pérez Jiménez, oficial egresado de la escuela de Chorrillo en Perú. Esta alianza de izquierda y derecha derrocarían un gobierno de centro, partidario de cambios paulatinos y desvinculado con el fascismo de La Segunda Guerra. Este golpe iniciaría con un periodo de aparente democracia denominado Trienio Adeco, hasta que un hombre de letras como Rómulo Gallegos gana las elecciones, lo que desencadenaría un golpe de estado militar presidido por Pérez Jiménez, Delgado Chalbaud y Llovera Páez. Humberto Rivas Mijares durante este periodo estaría a cargo de la Revista Nacional de Cultura y de la revista literaria Contrapunto (1947-48), mientras estudiaba en la recién inaugurada Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, graduándose Summa Cum Laude en 1949. A partir de ese momento y hasta 1952, trabajará en dicha escuela como profesor de las cátedras de Introducción al Periodismo, Historia del Periodismo y Evolución de las Técnicas del Periodismo. En 1952 llega a ser director encargado de la mencionada Escuela. En 1951 es electo presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas, cargo que ocupa hasta 1954. Ese mismo año la República Española en el Exilio le otorga la Orden de la Liberación de España como Caballero de la República recibiendo además la nacionalidad española honoraria en Paris, 25 de junio de 1953. Rivas Mijares ya había sido marcado por el Macartismo en los Estados Unidos lo que hizo que su paso por Nueva York de 24 horas, previo al embarque hacia Paris, fuera siempre acompañado de un oficial del FBI. Cabe señalar que pese a estar marcado con tinta roja, Humberto Rivas Mijares desempeñaba su labor como periodista aunque siempre vigilado por el régimen. Para el escritor y periodista había un propósito entre  ceja y ceja, y era la construcción de lo que sería la Casa Nacional de los Periodistas o Colegio Nacional de Periodistas de Caracas. A lo largo de este periodo de desarrollo nacional con enormes obras públicas y confianza internacional, el régimen de Pérez Jiménez construye una nación moderna con un alto componente de migración europea, lo que convierte a Venezuela en una de las naciones más prósperas a nivel mundial, sin embargo, los calabozos se abarrotaban de prisioneros políticos principalmente del partido Acción Democrática. Rivas Mijares seguía con su propósito a pesar de muchas críticas de compañeros y luchadores de izquierda. En 1954, se lograría el primer paso, la entrega del terreno donde se construirá el Colegio Nacional de Periodistas. En 1952, Miguel Otero Silva le había llamado como jefe de redacción de El Nacional hasta 1954, y posteriormente como secretario de redacción entre 1954 y 1955, hasta que es designado Director de El Nacional, cargo que desempeñará hasta 1958.

Como director del Diario El Nacional se destacará por su trabajo en lo cultural y la libertad de opinión pese al acechante lápiz rojo. En su dirección estará como jefe de redacción Óscar Guaramatos, además de cooperar a modo personal en la insertación de Gabriel García Márquez como redactor en diversos periódicos y revistas. En este periodo como director el periódico traería a Caracas a dos luminarias del cine mexicano: Pedro Infante y Mario Moreno (Cantinflas). Pero Rivas Mijares seguía con el propósito de ver construído el edificio del Colegio de Periodistas en la Avenida Andrés Bello,  pese a ello muchos políticos de izquierda y principalmente Acción Democrática, le cuestionaban la matriz editorial, sin embargo, ésta obedecía también a los criterios de otro escritor de izquierdas, como era Miguel Otero Silva, dueño e hijo del fundador del periódico.

El 15 de diciembre de 1957 se convocaría un Referéndum o Plebiscito. Según los datos del régimen la mayoría aprobó por mayoría su continuidad en el gobierno. Sin embargo, pasó a la historia como Fraude Electoral. Humberto Rivas Mijares firmará ese diciembre el manifiesto de intelectuales contra el régimen. El primero de enero de 1958, Hugo Trejo se levanta con la guarnición de la Fuerza Aérea y los manifestantes se vuelcan a la calle, entre ellos Rivas Mijares quien vivía en el Edificio El Excelsior, frente a la Plaza Altamira y el 23 de enero, Pérez Jiménez como muchos dictadores de derecha, abandona Venezuela para no ver correr ríos de sangre, al contrario de la mayoría de los dictadores de izquierda. Después del 23 de enero es designado consejero de la Embajada de Venezuela en Italia, en este cargo permanece hasta 1960. A partir de este momento ya corresponde a la cuarta República y a través de Arturo Uslar Pietri y el Frente Nacional Democrático volvería Humberto Rivas Mijares a la actividad política y periodística en Venezuela al ser, en esta oportunidad, llamado ministro de Educación en el gobierno de Raúl Leoni a través del Pacto de Punto Fijo. En todo caso ya esto pertenece a la costura de la década del sesenta.

El Colegio Nacional de Periodistas sería inaugurado como edificio en Caracas en 1976 con Héctor Mujica como fundador, amigo personal de Rivas Mijares desde la década del cincuenta, tras más de veinte años de construcción, mientras que la autopista Caracas La Guaira fue culminada en ocho años (1945-1953), con tres túneles desde la cota de los 1000 metros hasta el nivel del mar. Rivas Mijares retirado ya de la administración pública se refugiaba en dar clases en la educación superior.

Fernando Rivas Mejias

Internacionalista, cantante de ópera y caricaturista nacido en Caracas, Venezuela, radicado en Guayaquil, Ecuador desde 2015. Ha sido colaborador y columnista en diversos periódicos venezolanos como El Nacional y El Universal así como en diversos medios de comunicación de Venezuela y el extranjero.

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