En el competitivo mundo de los negocios, las habilidades socioemocionales se han convertido en un factor diferenciador clave. No solo complementan las competencias técnicas, sino que también potencian la capacidad de liderar, innovar y construir relaciones sólidas, aspectos fundamentales para el éxito empresarial en círculos dinámicos y globalizados. Emprender, arrojados al mundo de los negocios, en ocasiones porque el índice de empleabilidad no alcanza para todos, implica afrontar grandes desafíos que ponen a prueba las habilidades socioemocionales, que si no son sólidas ponen en riesgo el éxito del negocio.
La habilidad se define como la capacidad para ejercer una acción y pueden ser innatas o adquiridas. La destreza no nace, pero si nos dedicamos podemos conseguirla, la constancia y la repetición son claves para alcanzarlas. La plasticidad cerebral nos ayuda a quitar hábitos que nos limitan y a instaurar nuevos que permitan avanzar hacia la meta establecida.
La neurociencia nos enseña que los instintos y las emociones, son impulsos innatos que nos preparan para la acción siendo fundamentales para la supervivencia, pero han sido moldeados por la evolución, es decir, se pueden entrenar para el cambio. La interacción entre las emociones y la razón, estudiada por Damasio (1994), muestra que la corteza prefrontal es esencial para analizar opciones, prever riesgos y planificar a largo plazo. Existen dos sistemas fundamentales: uno rápido, de carácter instintivo y emocional, y otro lento, situado en la corteza prefrontal, que nos permite razonar y tomar decisiones ponderadas y reflexivas.
Habilidades emocionales
La gestión emocional implica la habilidad para reconocer, entender y controlar las propias emociones de manera efectiva, permitiendo así responder de manera equilibrada en situaciones de éxito o fracaso. Según Plutchik (1980), emociones como el miedo, la sorpresa, la tristeza, el disgusto, la ira, la esperanza, la alegría y la aceptación, desempeñan un papel crucial en nuestra adaptación a las exigencias del entorno, cada una de ellas de manera distinta. Sin embargo, el mecanismo de anticipación, combinado con el diálogo interno, puede distorsionar nuestra percepción de la realidad o conducirnos a respuestas inapropiadas frente a ciertas situaciones. Estas habilidades intrapersonales son:
- Autoconocimiento: Identificar nuestras fortalezas y áreas de mejora, comprender nuestras emociones y motivaciones ayuda a establecer metas claras y a enfrentar los retos del emprendimiento con mayor resiliencia. Daniel Goleman, destaca que los líderes exitosos son aquellos que conocen y manejan sus emociones de forma efectiva. ¿Y cómo podemos autoconocernos? Reflexionando conscientemente sobre nuestras acciones y pensamientos.
- Autorregulación: Implica la capacidad de controlar los impulsos, manejar las emociones negativas, adaptarse a los cambios y postergar la recompensa. Esta habilidad permite mantener la calma en situaciones de estrés, resolver conflictos de manera efectiva y tomar decisiones informadas. En los negocios, algunos de los principales factores generadores de estrés incluyen jornadas extensas de trabajo, conflictos con colaboradores, responsabilidades constantes y la necesidad de tomar decisiones, a veces en solitario. Estos elementos pueden tener consecuencias significativas, como un impacto negativo en la salud, disminución de la productividad, reducción de la creatividad e innovación, además de problemas en el ámbito familiar, entre otros.
¿Y que podemos hacer para ayudarnos a autocontrolarnos? Practicar la atención plena (la meditación), tomar pausas conscientes para que la corteza prefrontal procese la información y controle la respuesta impulsiva.
Identificar los pensamientos negativos, considerando diferentes perspectivas y activar el razonamiento lógico.
Según Tal Ben Shahar () en un mundo gobernado por las redes sociales, donde solo se muestra lo exitoso que somos, es necesario darse el permiso de ser vulnerables, llorar porque es liberador, hablar sobre nuestros temores y las situaciones que nos preocupan. - Automotivación: Desde el campo de la neurociencia, Antonio Damasio en su investigación sobre las emociones y la toma de decisiones, introduce el concepto del «marcador somático», señalando que nuestras emociones y estados internos (como la motivación) están vinculados a la activación de redes dopaminérgicas que refuerzan comportamientos dirigidos a metas. Goleman, también explica que la automotivación está profundamente influida por la dopamina, un neurotransmisor asociado con el sistema de recompensa del cerebro. ¿Y cómo generamos dopamina? Con el ejercicio físico, el feedback positivo, alimentación adecuada, practicar la gratitud, estableciendo desafíos, aprendiendo cosas nuevas y dormir lo suficiente.
Habilidades sociales - Empatía: La empatía permite a los líderes y emprendedores entender las necesidades de sus equipos y clientes, fortaleciendo la comunicación y promoviendo soluciones efectivas. Según investigaciones sobre las neuronas espejo (Rizzolatti et al., 2001), esta habilidad activa procesos en el cerebro que favorecen la conexión emocional, esencial en la atención al cliente y la negociación. La empatía en los equipos de trabajo promueve relaciones saludables que minimizan conflictos innecesarios, optimizan la comunicación y fortalecen las capacidades para resolver problemas y tomar decisiones de manera efectiva.
- Comunicación asertiva: Expresar las propias ideas sin irrespetar a los demás facilita la interacción con socios, clientes e inversores, construyendo relaciones basadas en la confianza.
- Escucha activa: Implica prestar atención genuina al interlocutor, comprendiendo tanto sus palabras como sus emociones.
- Trabajo en equipo: Colaborar con otros de forma armoniosa para alcanzar objetivos comunes.
- Resolución de conflictos: Habilidad para abordar desacuerdos y buscar soluciones constructivas que beneficien a todas las partes.
- Adaptabilidad: Capacidad para ajustar el comportamiento y la comunicación según las necesidades del contexto social.
La Teoría del Cambio Emocional de Richard Boyatzis (2008) se centra en cómo las emociones positivas y las relaciones interpersonales influyen en el proceso de cambio personal y profesional. Según Boyatzis, el cambio efectivo ocurre cuando las personas experimentan una conexión emocional positiva con una visión inspiradora de su futuro. Este modelo incluye tres aspectos principales: - Visión positiva: El cambio comienza con una visión clara y deseada de quién queremos ser, lo que genera motivación intrínseca para crecer.
- Relaciones resonantes: Las interacciones con mentores, colegas o líderes empáticos ayudan a mantener la inspiración y la energía emocional necesarias para el cambio.
- Estados fisiológicos y emocionales positivos: Las emociones positivas, como la esperanza, mejoran la apertura mental y favorecen la capacidad de aprendizaje y adaptación.
Boyatzis también destaca la importancia de evitar el estrés crónico, que puede inhibir el cambio al activar respuestas defensivas en el cerebro. Su enfoque combina aspectos emocionales, psicológicos y neurocientíficos para explicar cómo las personas pueden lograr un cambio sostenible.
Conclusión
Las habilidades socioemocionales son esenciales para cualquier emprendedor o líder empresarial, ya que potencian la capacidad de innovar, resolver conflictos y construir relaciones sólidas. La neurociencia respalda el impacto positivo de la oxitocina en la colaboración y la confianza, y destaca la importancia de regular el cortisol para mantener un equilibrio emocional. Estas habilidades no solo mejoran la calidad de las decisiones y la productividad, sino que también transforman los negocios a través de entornos resilientes e innovadores. Como concluye Goleman (1996): “El liderazgo efectivo es, en esencia, inteligencia emocional en acción”.