noviembre 21, 2024

El Nuevo Génesis

Todo comenzó aquel nefasto año 2020 dada la premura impuesta por la búsqueda de una vacuna contra el Covid-19. El equipo científico dirigido por la Dra. Eva Dickens, por error o casualidad, logró sintetizar la proteína que sirvió de base para desarrollar la producción industrial de los primeros espermatozoides hábiles, listos para entrar en acción, pero sin las odiosas refriegas de las sexualidad humana.  De este modo, la Liga Feminista Mundial (LIFEM), inició un proyecto conspirativo (Anti-sex-1.1), cuyo objetivo final fue la eliminación de los hombres y la implantación definitiva del matriarcado planetario.

Para el año 2030, el éxito del proyecto está a la vista. La publicidad del producto se ha extendido por todo el orbe, y las mujeres ya pueden prescindir de los hombres. La planificación de la prole alcanzó un 97% de precisión sin el concurso masculino. Varios laboratorios compitieron en el creciente mercado femenino, ofreciendo tres presentaciones básicas de acuerdo con el carácter, tanto de las consumidoras como de la prole añorada:

a.-Espermatozoides en grageas: Para personalidades que desean agradar a las demás.  Se expenden con variados sabores, fresa, mango, mandarina, tuti fruti, y otros.

b.- Espermatozoides en ampollas: Para una prole con personalidad incisiva, penetrante, aguda, meticulosa y exacta.

c.- Espermatozoides en duchas vaginales: Para nostálgicas interesadas en una prole de mentalidad curiosa, exploradora y juguetona.

Para el año 2041, la Liga Feminista Mundial (LIFEM) toma el control de la ONU, lo cual originó su conversión en Unión Feminista de las Naciones del Mundo (ONU-FNM). En pocos años, nadie quería recordar a la vetusta ONU y se impuso la novedosa UFNM.  Se creó el Consejo de Seguridad Matriarcal, el cual elaboró un cuerpo normativo que fue asumido progresivamente por las naciones signatarias. La conspiración Anti-sex-1.1 pasó a su fase 2.0.

En el año 2050, la de por si decadente subespecie masculina, se encuentra en franco proceso de extinción. El desarrollo y uso de los espermatozoides artificiales, de acuerdo con las leyes vigentes, sólo es permitido para la producción de niñas. Así lo ordena el código emanado del Consejo de Seguridad Matriarcal.  De este modo, la población masculina ha envejecido y se ha reducido a su mínima expresión.

Pero la ciencia también comente errores que pueden poner en peligro el éxito de un plan tan bien concebido. Algunas de las grageas, ampollas y duchas vaginales, pueden traer al mundo, contra la voluntad de las madres, un sujeto de sexo masculino. Los experimentos científicos admiten un error del 3%.  En cuyo caso, el código matriarcal vigente menciona como resultado, “el nacimiento de mutantes” (Capítulo V, artículo 1, literal c). Los mutantes, para evitar la maternidad frustrada, pueden ser admitidos en adopción como “mascotas o sujetos de servidumbre natural acorde a su tipo” (Cap.V, art. 2, lit b.)

En el año 2053, la conspiración Anti-sex-2.0 pasó a su fase 3.0. Fase de legitimación plena. Los estatutos vigentes criminalizan el sexo heterosexual y perseguían a los mutantes rebeldes o insumisos. Los más radicales se internaban en los bosques, para vivir como ermitaños o en comunas apartadas, padeciendo los suplicios derivados del lavado y planchado de su propia ropa o la preparación de sus alimentos.

La segregación y disminución de la población masculina trajo efectos positivos, como la reducción de las guerras y el consiguiente menor gasto en la producción de armas. Esto es aplaudido en los debates de la asamblea anual de la Unión Feminista de las Naciones del Mundo (UFNM). Sin embargo, las féminas mantienen ejércitos en reserva. En ellos se producen largos entrenamientos para el manejo del tirón del cabello, la cachetada mortal, el chisme y la guerra psicológica, el ataque sorpresa con uñas largas y el rasguño subliminal indeleble. ¡Si amas la paz matriarcal, prepárate para defenderla con uñas y dientes! Es consigna de rigor.

Para el año 2065, el sueño feminista de una sociedad libre de hombres parece cumplirse. Por todas partes se abren los Museos del Horror Patriarcal. En todos, se exhibe el espanto de las escenas de amor heterosexual. La quema del Romeo y Julieta de Shakespeare se convirtió en ritual obligatorio para celebrar el día luminoso del 2020 cuando se sintetizó la proteína que dio origen al primer espermatozoide hábil, en ejercicio, listo para la acción, pero sin actuar.

El dominio matriarcal admite y controla una pequeña reserva de mutantes para utilizarlos en trabajos tales como: picar piedras en minas a cielo abierto, demoliciones y remoción de escombros, caleteros en los mercados, para la reparación de motores grasientos. En Venezuela se utilizaban hombres o mutantes, para chupar gasolina residual en autos abandonados, como leñadores en bosques extintos, y si conseguían leña, debían introducirla a presión en cilindros de gas doméstico.

Todo marchaba bien. Se vivía en un mundo más tranquilo, ordenado, limpio y finamente decorado. El color rosa es de uso obligatorio.  Hasta que un día, a la elegante cuarentona y por añadidura, presidenta de la Unión Feminista de las Naciones del Mundo, le dio por ir de compras al mercado. Ya de regreso a su vehículo atestado con las bolsas de sus compras, se le pinchó un neumático. Ocurrió en un lugar muy transitado y su vehículo obstruía el paso. El robot cambiador de neumáticos también se averió.  El daño había que repararlo con urgencia.

No faltaron las colaboradoras que llegaron en su auxilio. Dos, cuatro, diez, treinta. Todas a la vez empujaban la llave en cruz que no aflojaba las tuercas. Pronto el tráfico se paralizó en la vereda, luego en la calle y de allí, la tranca pasó a las avenidas. La ciudad toda había colapsado. Centenares de mujeres empujaban, otras clamaban por una grúa o un mutante caballeroso.

Fue así como apareció Adam. Nadie sabe de dónde surgió. Era un mutante atlético, habría sido un admirado stripper en tiempos patriarcales. En cuestión de minutos, hizo el uso magistral del gato hidráulico, aflojó las tuercas y terminó la reposición de neumático averiado. Ahora, todo es confusión en la escena: Adam es aclamado y todas lo quieren como mascota. Hay disputa, empujones, tirones de pelo y arañazos. Y eso que se trataba de una mascota en situación de calle.

Pero donde manda capitana, no manda marinera. La presidenta de la Unión Feminista de las Naciones del Mundo puso orden en la escena: ¡Yo lo vi primero!  Exclamó haciendo uso de su poder. Todo el peso de su autoridad legítimamente constituida se hizo valer para quedarse con la mascota. Lo invitó a subir al carro y se lo llevó a casa, en medio del desconsuelo general de sus rivales.

Ya en su casa, la presidenta de la Unión Feminista de las Naciones del Mundo, le presentó la mascota a su pareja, por añadidura, vicepresidenta del mismo organismo. Las dos damas procedieron a bañar la grasienta mascota. Adam fue acicalado, desparasitado, perfumado. Le cortaron el cabello y las uñas, lo peinaron.  La mascota expresó tener hambre. Entonces, la presidenta le entregó Adam una manzana. La vicepresidenta haría otro tanto.

Y fue así como, tras comer del fruto prohibido, la máxima autoridad de la Unión Feminista de las Naciones del Mundo dio el mal ejemplo de romper las reglas que ella misma había promovido. El mal ejemplo fue conocido en todo el orbe. Muchas mujeres rompieron la cuarentena, y ya para el año 2081, el mundo estaba igualito que en el año 2021, el patriarcalismo volvió por sus fueros. 

Ezio Serrano

Ezio Serrano, quien nació en Santa Cruz de Mora, en el estado Mérida de Venezuela, es profesor jubilado dedicado a la investigación en el área de historia política, institucional y de las ideas, lo cual combina con sus escritos humoristas. Puede decirse con propiedad, que Ezio Serrano es un humorista sin oficio.

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