Numerosos académicos en China han sido perseguidos, encarcelados o desaparecidos por publicaciones científicas u opiniones acerca de la COVID-19, desde que fue detectada entre noviembre y diciembre de 2019.
En aquellos días el régimen comunista intentó ocultar el virus asegurando que no había contagios entre humanos y para ello silenció a los médicos que alertaban sobre el peligro de que se expandiera.
Los ataques no se detuvieron allí. El más reciente ocurrió el pasado 6 de julio con la detención de Xu Zhangrun, profesor de Derecho, quien publicó ensayos criticando la gestión de Xi Jinping en medio de la pandemia, además de denunciar sus esfuerzos por consolidar su poder, incluso a unos cuantos kilómetros de Beijing.
Pero los académicos no solo han sido perseguidos en suelo chino. En América también.
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Aficman) de Venezuela publicó en mayo un informe en el que se analizaba el estado de la COVID-19, realizando posibles proyecciones para esta nación, con estimaciones de un repunte para los meses de junio –como efectivamente ocurrió– y septiembre.
El informe era una alerta para la Administración de Nicolás Maduro, pero respondió con amenazas contra los miembros de la academia.
Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo, afirmó en un programa televisivo que conduce que la Aficman estaba generando “falsa alarma” y dijo que sus integrantes podrían recibir la “Operación Tun Tun”, la cual consiste en detenciones arbitrarias contra activistas y políticos venezolanos. Curiosamente Cabello dio positivo para coronavirus recientemente.
En Nicaragua, mientras tanto, miembros del Consejo de Dirección del Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud (CIES) de la UNAN – Managua fueron despedidos tras pronunciar opiniones acerca de la pandemia y la gestión de la dictadura.
David Gómez Gamboa, profesor universitario y director de Aula Abierta, una oenegé que defiende los derechos universitarios, muestra su preocupación por estas persecuciones que atentan contra la libertad académica, que no es otra cosa que el derecho a poder investigar y divulgar conocimiento sin sufrir presiones políticas por ello.
En ese sentido, asegura a Hilos de América que uno de los mejores ejemplos para entender la importancia del conocimiento científico y los peligros históricos que se han sufrido por ello, es el de Galileo Galilei, quien fue condenado a la cárcel –y posteriormente murió bajo arresto domiciliario en 1942– por realizar observaciones que fueron claves para demostrar que el sol ocupa el centro del sistema solar y no la tierra.
Esto último no le gustó a la Iglesia católica, pues iba en contra de la concepción de que el ser humano y la tierra eran el centro del universo. Tuvieron que pasar más de 350 años de la muerte de Galilei para que el papa Juan Pablo II pidiera perdón por este suceso.
Desde la organización que dirige Gómez Gamboa han venido documentando los ataques contra académicos en América Latina, en medio del contexto COVID-19, lo cual han llevado a instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“En el mes de marzo, por ejemplo, el director de posgrado de medicina de la Universidad de Zulia, el doctor Freddy Pachano, fue objeto de amenazas directamente provenientes del gobernador de la región cuando alertó sobre algunas preocupaciones en el marco de posibles casos de coronavirus en el estado”, resalta. “Pues resulta que un director de posgrado de Medicina, de la universidad pública del estado, no puede hablar, no puede manifestar su preocupación”.
“Obviamente esto no es solo violación a la libertad de expresión, en relación a un acto de persecución o retaliaciones o amenazas, por ejercer la vocería; sino que además estamos hablando de un profesional calificado, director de un posgrado de medicina, que es inhibido de hablar”, agrega.
Sobre Nicaragua, Gómez Gamboa recuerda el caso del profesor Miguel Orozco, exdirector del CIES, quien por declarar a la BBC Mundo “algunas preocupaciones en relación a la pandemia”, fue destituido junto a otros colegas.
“¿Qué pasa en una sociedad cuando los académicos no pueden expresar sus grandes preocupaciones, en relación a las investigaciones de las cuales son expertos?”, se pregunta Gómez Gamboa. “Una sociedad a la que se le vulnera la libertad académica queda a oscuras. La libertad académica sin duda alguna tiene una relación muy estrecha con la democracia y con el desarrollo de la sociedad; tanto, que sin universidades y sin libertad académica no hay democracia”.
3 comentarios en «#MundoCovid: Ataques contra el conocimiento dejan en oscuridad a las sociedades»
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